El mundo está en funciones.
Por definición, se ejerce el gobierno en sustitución de quien le corresponde ejercerlo en propiedad. Puede tratarse de una extensión de los gobernantes previos al cese, pero siempre con una limitación de acción, una incapacidad.
En el momento de escribir esta editorial
para el número 26 de la revista Astrágalo, legalmente está en funciones el gobierno español, muchas de sus Comunidades Autónomas, el gobierno británico (con un Brexit también en funciones como resultado una incompetencia –carencia de capacidad– generalizada), o el Consejo de la Unión Europea. En estos días, los líderes de estos territorios, pero también de los que ejercen con toda la capacitación legal, parecen actuar como si no contaran con la confianza de las Cámaras Legislativas.
No se trata de no poder proponer o aprobar leyes, a pesar de ser ésa la limitación legal, sino de mostrar ante los ciudadanos una sobreactuación de tintes grandilocuentes, renovadores, con clara consciencia de la imposibilidad de su cumplimiento. Se trataría del paso siguiente a la promesa electoral resignificada después del resultado electoral. Antes del 2 de Julio 2019, los altos cargos europeos deben ser elegidos y sus prioridades para el periodo 2019-2024 desplegadas.
Este tiempo inoperativo, en funciones,
no parece ser relativo a una transición necesaria, sino síntoma de un estado final, para el que no hay objetivos. Latour (“¿Dónde aterrizar?”) ha dejado despejada la duda de la inacción por sobreactuación al citar en primera página al yerno de Trump con su sentencia “ya hemos leído suficientes libros”. Si se trataba de pasar a la acción, desde luego no es con conciencia de comunidad, sino de saberse en el lugar justo el día final para salvar su forma de vida, dado que es imposible un cambio en el rumbo de colisión.
Ya no es (ya no hay) tiempo de restañar inequidades y sí de paradójicas reafirmaciones identitarias. Sin embargo, aquella división en la que los fascismos se ratifican en una idea sobre la esencia de la comunidad, y los comunismos, sobre la base de una praxis no sustancial, no parecen sino hecha por un conjunto de usuarios de una biblioteca de libros en papel, sin presupuesto para adquisiciones desde 1945. Tampoco sirven la polaridad local/global, ni la oposición en política de la izquierda contra la derecha.
ESCRIBEN:
ADTA, María Aguilar Alejandre, Paula V. Álvarez, Reyes Gallegos, Pedro Górgolas, Félix de la Iglesia, José López-Canti, Manuela Nogales, Águeda Villa, Isidoro Reguera, Juan Requejo, Carlos Tapia, Jorge Yeregui.
ISSN: 2469-0503
Formato: 170×230
Páginas: 186
Comentarios cerrados